2/8/09

POEMA EFÍMERO DE VIERNES POR LA TARDE





Yo soy Fénix,
morí un viernes por la tarde.

Decidí resurgir de mis cenizas
un par de meses después.

Y aquí me veis,
vivo viendo volver,
rodeado de un espacio espiral
me muero al menos una vez por semana
para resurgir, otra vez, de cuando en cuando.

Caer, para volver a levantarse,
quitarme el polvo del camino
y seguir andando, disfrutando del paisaje.

Todo me dura poco,
cuando algo me gusta lo persigo
con pasión, con tanta fuerza
que apenas consigo agarrarlo
lo estrangulo, al momento.

Hago zumo de mi vida,
y me ensucio las manos
con los jugos de lo ansiado.

Tengo esa sensación que deben tener
los monstruos gigantes
que juegan con los pajarillos.

Últimamente consigo, eso sí,
no escuchar alguna boca que quiere hablarme
y otras, que no me hablan,
no consigo que me escuchen.
Perdonadme.

Avanzo, consigo dar unos pasos,
mirando siempre al frente,
cabeza alta, sonrisa en ristre...
y de fondo, dentro de mis ojos,
una sombra de conciencia,
de quien sabe ya lo que va a suceder:
otra muerte, otro viernes por la tarde
...

4 APORTACIONES:

Sureña dijo...

No escuchar ciertas bocas siempre ejerce como una dosis de antídoto contra las muertes efímeras.

Avanzar como tú describes en el último párrafo, más aún.

Así, pronto cambiarán las tardes de los viernes.

Besos :)

AdR dijo...

Me gusta el inicio de esta colección llamada La Elipse. Realmente el Fénix es eso, un morir y resurgir constante. Como las relaciones personales. Eso he visto.

Lo del zumo de vida está para bebérselo :D

Abrazos, tío grande.

Pugliesino dijo...

Holaaa Ivan!

Discúlpame la tardanza en hacerlo pero te agradezco mucho no solo tu paso por tierras ninivenses sino las palabras que en ella dejas.

Soy mas bien calámity charly pero tarde o temprano llego y tenga o no tenga título este lugar ya forma parte de mi ruta.

Hay un dicho que viene a decir que lo dificil se hace y lo imposible se intenta y pienso que la fuerza del Fénix es luchar contra lo imposible de la nada, esa rebeldía contra lo establecido por la rutina que anima a la esperanza a no desfallecer.

Un abrazo

Susana dijo...

Acabo de llegar hasta tu rincçon, desde "seis segundos". Me ha gustado especialmente esta entrada.
Abrazos.