10/12/09

Mi vida...







Mi vida no hay derecho a salir con miedo a la calle
No hay derecho a ser juzgado cada dos días
No hay derecho a sentirse apuntado con un revolver
A notar en la carne el tacto frío de tu dedo acusador
No hay derecho a sentirse solo en mitad de una fiesta
Ni a verte llorar sin poder secar tus lágrimas
Que te escupan el asado
Una y otra vez, cada dos días

Media un día de descanso entre ellos
Pero no hay derecho mi vida
A que nos pongamos nota,
A ser expuesto todos los días delante del incómodo espejo
Que a veces deforma
A examinar quién fuimos
Y nunca sonreir ante quien podemos llegar a ser
La experiencia es una peste y un don que como un látigo azota
Bendita felicidad la del ignorante que no conoce,



Bendita tu sonrisa, aún mojada, cuando todo pasa.

8/12/09

CORAZÓN CAPUT



Amputarse el corazón es buena idea,
mejor que una pierna o una oreja.
Sólo tienes que introducir tus garras en tu pecho.
Practica una herida limpia
y agárralo como si te fuera la vida en ello.

(Puedes probar antes con el corazón de alguien más)

El mío es grande y hermoso,
palpita caliente aún en mi mano,
Ensangrentado es... demasiado grande, ahora lo entiendo.
Tiene una muesca, se cayó al suelo al extraerlo,
alguna pelusa, mal aspecto.

No sé qué hacer con él,
seguramente le echaré de comer a los cuervos...
antes le daré brillo:
tiene una inscripción que me encanta
y que será de él mi último recuerdo

dice:

"hasé tu vida"

7/12/09

HACE FALTA, MUCHA FALTA



Hace falta que llueva.
El campo está seco
la tierra dura y yerma
los campesinos se quejan
dicen que hace falta que llueva.

En mi cama hay mucho sueño
malas noches las que quedan
mucho sueño y poco sexo
nada vivo y todo incierto,
sólo, esta espera que alimento
y baja comiendo mis entrañas
quemando, garganta adentro.

En mi casa ya no se oyen gritos
de ningún tipo
ya solo se oye, qué pena,
el traqueteo insondable del tiempo.
Ya no se quejan los vecinos
desde que ella se fue
y hace mucha, mucha falta que vuelva.

Hace falta la lluvia
que me devuelva la calma que no encuentro
que nos limpie las calles
que baje el torrente avenida abajo
y se lleve todo,
coches, casas, árboles, malos recuerdos
y mis sueños, casi muertos
y hace falta la lluvia
porque estás lejos,
hace falta la lluvia
para que te traiga húmeda y fresca
para reflejarte en mis espejos.

Hacen falta el rayo y el trueno
las nubes, el viento
los charcos para jugar con ellos
hace falta la nieve para hacer muñecos
que venga el invierno
tu calor contra el frío
mis manos calentadas en tu cuerpo
mis dedos enredados en tu pelo
tu voz, tu lenguaje, resonando,
por encima del lamento.

Y haces falta tú en mi vida,
contra el hastío tu risa
contra el dolor tu remedio
contra mi angustia tus caricias
tu felicidad contra el miedo.

Amor,
sé que lo tienes en cuenta,
empieza a nublarse el cielo.

1/12/09

UN SOL CEGADOR (REFLEXIÓN EN EL PASTO)





Acopló su cuerpo al césped, recién regado. Su espalda agradeció el frescor de la hierba. Doloridas sus piernas por la subida, al fin consiguió descansar, reposar en lo alto de la loma como tenía pensado hacer: lo había deseado desde que despertó, era su descanso diario después de riñas, llantos y alguna que otra sonrisa.

El sol de mediodía lucía intenso, en su cenit, brillaba como una perla en el fondo del mar. Ensimismada en su pensamiento, miraba fijamente al sol, su cabeza apoyada sobre sus propios brazos que amortiguaban la dureza del suelo; sus ojos, profundos lagos, bien abiertos. Aun cegada, sin poder ver con claridad, disfrutaba del sol que había visto salir esa misma mañana. Había deseado quedarse todo el día en aquella postura: tumbada, casi innerte, mirando hacia arriba y saludando al cielo, observando la carrera del astro rey, veía los aviones pasar. Quizá pudiera comprender al fin.

El día pasaba, cambió la luz del día alguna vez, pasaron nubes a veces, sopló el viento en sus cabellos rojos, le dijo algo al oído en un idioma que ella intentaba descifrar... Metida dentro de sí misma, conseguía, poco a poco, por fin, aclarar aquellas dudas... un viaje de vuelta, un amor esperando al otro lado del océano, un futuro por delante... por fin, su oportunidad.

Inquieta, emocionada al entender, no pudo evitar soltar una lágrima cuando al fin el sol se escondió detrás de la montañas... Volvería a salir mañana, por su ojo izquierdo y se pondría otra vez más, por su ojo derecho... todas las jornadas anochece, pero vuelve a amanecer un nuevo día después; limpio, nuevo, intacto, como una espiral cada vez que gira.