CONSEJO DEL HOMBRE FULGURANTE

Deberías decirle a la hierba que me acerco a tí
Deberías ir hablándole mis manías
Para que pronto se acostumbre a mi presencia.
Recuérdale, por favor, que yo soy débil cuando tu eres fuerte
Y que tú estás abajo cuando yo estoy arriba.

Dile a la tierra que no permanecerá yerma
Que la llenaré de sementera,
Que aunque no nos conocemos,
Nos caeremos bien.
Deberías decirle a los pájaros que vuelen lejos de los aviones,
Que le digan a los heliotropos, viejos compañeros, que saluden.
A las piedras que redondeen sus cantos
Y, si puede ser, que las moscas nos dejen comer tranquilos.

Si estuviese en tu lugar
le diría al mar que se apartase,
que dejase vía libre.
Que estoy dispuesto a todo.
No vayamos a hacernos daño.

Si estuviese en tu lugar haría correr la voz.
Que se asomen a los balcones,
Que desde las aceras observen como camina una convicción
Que se detengan absortos a contemplar de lejos,
Mano en la frente, en forma de visera,
Como luce limpio y brillante
igual que una bandeja de plata mirando al sol,
Un hombre joven y enamorado.